Estaba colocando mi kiosco, era de madrugada, todavía no había salido el sol y la oscuridad y la soledad campaban a sus anchas por las calles de nuestra gran ciudad, cuando de repente un golpeteo me hizo perder la concentración en mi trabajo de recuento diario de prensa. Dirigí la mirada hacia la acera de enfrente y vi la silueta de una persona que contaba muchas primaveras en su semblante, al principio, la situación me extrañó, una persona que toqueteaba todo con un bastón como esperando llamar la atención, y como conocemos tantos intentos de timo en nuestro trabajo, intenté buscarle una explicación, siempre con la lupa de la desconfianza. Al momento dejé mi kiosco y me dirigí a la acera de enfrente, a unos diez metros. Solamente me hizo falta una mirada para abandonar todas mis dudas y contemplar la realidad que tenía delante, era un hombre de más de sesenta años, ciego, se adivinaba perfectamente el vacío en las cuencas de sus ojos, ¡qué necio había sido, tenía delante a una persona que necesitaba ayuda y lo primero que me asaltaron fueron dudas y desconfianzas, nos dan tantos palos en nuestro trabajo que no vemos cuando realmente alguien nos necesita ¿quién es aquí el ciego, el que ha nacido así o el que se pone una venda para no ver la realidad?.
El hombre intentaba encontrar el cajero del Banco, se lo había dejado unos metros atrás, le cogí por el brazo y le ayude a llegar hasta él, en el camino tuvimos que bajar una acera y pasar a la de enfrente, torpe de mi le dije:
-Tenga usted cuidado, mire usted que tiene aquí mismo un escalón, me dí cuenta en el momento que las palabras brotaban de mis labios y dije "tierra trágame". Le pedí perdón por mi torpeza y me respondió:
-Tranquilo estoy acostumbrado a que me lo digan, no me molesta en lo más mínimo. Le ayudé a sacar dinero del cajero y me despedí de él.
Ahora yo me pregunto, en este caso este hombre puso su total confianza en mí a la hora de darme su tarjeta y revelarme su número secreto, es increíble cómo dependemos unos de otros en la vida, si esto es así ¿por qué ponemos tantas barreras en las ciudades para los invidentes?, ¿algún gerente de urbanismo de alguna ciudad se ha vendado los ojos cuando ha ido a inaugurar una obra suya, para ver si se tropieza o se cae con algunos de los marmolillos o demás escalones o problemas que les ponen, cuando hacen la citada reforma?, ¿se han subido a una silla de ruedas para deambular por las calles que adoquinan en las ciudades?.
Aquí, con la política de poner marmolillos para que no aparquen los coches están provocando accidentes innecesarios , ¿no se pueden eliminar los desniveles y escalones en los acerados?.
En nuestra ciudad se está haciendo un carril bici que está costando una burrada y una jartá de obras, ¿no podían aprovechar y arreglarlo?.
El lema que siempre han utilizado en el Ayuntamiento es "la ciudad de las personas", ¿qué pasa, que las que no ven o tienen discapacidades no lo son, por eso no se les prepara el acerado sin barreras?. Este tema necesita Seriedad, Rigor y Celeridad para arreglarlo cuanto antes, que TODOS SOMOS PERSONAS, !leches!
0 comentarios:
Publicar un comentario