Esta noche tres velas han custodiado a manera de lucernario la puerta de la Basílica del Señor de Sevilla.
Esta mañana las lágrimas han aflorado de los ojos de todo tipo de personas en la Plaza de San Lorenzo, al enterarse del atroz y vil atentado que han cometido a nuestro Nazareno Universal: El Cristo del Gran Poder.
Personas que se acercaban al mostrador de mi kiosco no daban crédito a lo que leían en las portadas de la prensa diaria. Algunos testigos presenciales al rememorar los hechos acontecidos, no podían reprimir sus emociones, y todos los presentes guardábamos silencio ante el sonido de las lágrimas cuando surcaban sus rostros, ¿que valores fomentamos para llegar a esto?, ¿ni las tradiciones religiosas nos respetan?.
Si no respetan mi libertad de culto, ¿por qué no respetan las obras de arte?.
Esta mañana me confirmaba un sacerdote que saliendo del Convento de la calle Santa Clara, y llevando como único distintivo una cruz en la solapa, en el último mes ya dos personas le han injuriado y calumniado sin conocerlo, uno dio vivas a la república y muerte al clero y el otro tres cuartas de lo mismo, agregando que la iglesia y los curas debían ser quemados...¿quien o quienes están fomentando este odio?, ¿lo hacen por algún interés, ante la falta de respuestas políticas? ¿es licito levantar a unos contra otros?.
Ante la incultura y la intolerancia debemos de responder con los valores que forman a los hombres, ¿y si predican con el ejemplo y consideran a la iglesia como perseguida, injuriada y maltratada?.
Ahora me dirán que el tío este estaba loco,(osea que en unos meses a la calle) yo solo digo que entró en la Eucaristía, espero más de media hora para realizar sus fechorías, subió por las escaleras del lado derecho de la Basílica hasta llevar a la parte posterior de la talla de Juan de Mesa, sorteó una reja, saltó la urna y empezó a zarandear para derribar el Cristo, la gente desde abajo empezó a chillar ante los movimientos que tenía la figura, ya que el objetivo era derribarla al suelo, el tío no paraba de golpearla diciendo que él era el hijo de Dios, le rasgó la túnica y después de arrancarle uno de los brazos continuó ensañándose con él.
¿Y quieren que esta provocación se quede sin respuesta?.
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