"Cubitos azules contra la burocracia abusiva"

Hace cosa de un mes salió en un telediario una noticia curiosa: "Cubitos azules contra la burocracia abusiva". Se trataba de la protesta de numerosos conductores de Moscú ante la conducta abusiva de otros a la hora de circular por las calles de la ciudad. Estos "otros" eran unos privilegiados que, por el mero hecho de ser funcionarios, tenían permiso de instalar en sus coches unos rotatorios azules que les otorgaba el poder de saltarse algunas normas de circulación, tales como semáforos en rojo, invasión de carril contrario, conducción en contrasentido, etc. , en caso de emergencia. El dispositivo se supone que estaba destinado a un total de 961 coches según la ley, pero la realidad, según los bloggueros rusos que se han propuesto denunciar el abuso, es que han fotografíado desde un mes a acá a más de 1500. Esto (unido a que, al parecer, no sólo ser funcionario te permite tener el cachibache, sino que aquel que tenga un poder adquisitivo elevado puede adjudicarse bajo cuerda uno, a que los usan en todo momento y para saltarse hasta las más básicas normas lógicas de circulación sin consecuencia penal alguna, y a que debido a esto los demás conductores deben sufrir los atascos y el caos que este comportamiento origina), ha llevado a los ciudadanos a protestar de la manera que véis en el vídeo.
En un principio la noticia no resulta más que curiosa, y hasta ridícula según pensó mi mujer en su momento, pero si nos paramos a pensar, a parte de lo que hayan podido conseguir o no estos sufridos conductores por parte de las autoridades pertinentes, hay algo que esta "ridiculez" sí ha logrado: que tú, yo y cualquiera que estuviera viendo la tele nos enteremos de lo que está pasando en Moscú . ¿Y si pudiésemos extrapolar el caso a lo que ocurre en nuestros negocios?
Me explico. Desde hace algún tiempo me habéis estado "aguantando" las numerosas quejas que he ido compartiendo con vosotros a través del blog, bien en posts o en el chat, y que tengo de nuestras "queridas" distribuidoras. Y en no menos ocasiones, hablándolo con mi mujer, hemos manifestado la necesidad de hacer algo que nos ayude a hacer presión para conseguir de estas distribuidoras un mejor trato, mejores descuentos, etc. En estos momentos es suicida hablar de huelgas ni nada parecido. Se me había planteado el caso de dejar de vender un día a la semana una cabecera determinada o una revista distinta cada vez, previamente acordada con los demás puntos de venta, claro, uno solo no hace nada. Pero eso haría que la editorial en concreto afectada pegara un tirón de orejas a la distribuidora (que no le vendría nada mal) para que solucionase los problemas con nosotros, y de nuestros problemas sólo se enteraría esta editorial. Además está claro que nuestro sector es un gran desconocido para la mayoría: nuestros clientes, sin ir más lejos, se sorprenden cuando, por atisbo, descubren alguna de las condiciones de nuestro trabajo. (Recuerdo el caso de un amigo que me pidió una vez consejo porque quería "ponerle" a su hijo, que estaba algo limitado, un kiosco de prensa para que el día de mañana pudiera tener pa'comer. No imaginaba el pobre hombre que el trabajo de kiosquero abarcaba algo más que sentarse detrás de un mostrador a despachar, cuando le conté en lo que realmente consistía y en lo que había que pelear, lógicamente desistió de la idea).
Tampoco saben de nuestros problemas porque no los damos a conocer, encerrados en nuestros puntos de venta, ni siquiera nos comunicamos los unos con los otros, y mucho menos ir a manifestarnos, porque entre otras cosas tendríamos que cerrar un negocio que es lo único que tenemos para comer. Pero, ¿ y si usáramos una ridiculez como la de los conductores rusos para llamar la atención sobre nuestro sector y diéramos así la oportunidad a todos, clientes y editores, de saber quién realmente se beneficia de la venta de prensa y revistas en nuestro país?¿De que se enteraran de por qué hay esas diferencias entre zonas a la hora de conceder comisiones, de plazos de pago y cobros y del por qué necesitamos YA una ley reguladora para el sector?
No, no me entendáis mal, no digo que vayamos a los chinos a comprar cubitos de playa azules para colgarlos en lo alto del kiosco, pero sí que hagamos algo que llame realmente la atención. Se admiten propuestas señores.
De momento, ahí va la mía: ¿que tal (ruego risas y coñas fuera) si un día decidiéramos TODOS lo puntos de venta exponer todas nuestras publicaciones al revés, de manera que no se vieran las cabeceras de las mismas? Cierto es que a lo mejor ese día venderíamos menos, pero seguiríamos vendiendo y ni las distribuidoras ni las editoriales podrían decirnos nada porque nadie puede decirme a mí cómo tengo que colocar las revistas en mi negocio. Tal vez no conseguiríamos gran cosa, pero seguro que todos los clientes se preguntarían por qué todos los kioscos están patas arriba y seguro que algún medio de comunicación se interesaría de preguntar a algún portavoz qué es lo que pasa para que hagamos tal locura.
A lo mejor, al día siguiente en los telediarios rusos sale la noticia: "Al revés contra el monopolio abusivo"

"Cubitos azules contra la burocracia abusiva"